En Honduras, el 58 por ciento de los estudiantes matriculados en las 20 universidades públicas y privadas del país, son mujeres.
Ser profesionales es la meta que se han trazado mujeres de todas las
edades, asumiendo el reto de estudiar, trabajar y atender a sus hijos,
pese a todos los sacrificios.
Ese espíritu de superación de las catrachas, a su vez, es lo que las
ha llevado a conformar el 65 por ciento de los graduados universitarios,
según refleja el estudio “Rendimiento Académico y Participación de la
Mujer en la Educación Superior en Honduras”, realizado en la Universidad
Tecnológica de Honduras (UTH).
La Dirección de Educación Superior (DES) de la Universidad Nacional
Autónoma de Honduras (UNAH), reporta que “entre 2011-2014 ha graduado
20,078 profesionales de los que, 13,073 son mujeres (65.11%)”, señala la
investigación.
De acuerdo a la investigación, el aumento de la matrícula de las
mujeres en las universidades públicas y privadas, “se debe a la
exigencia de las leyes que han generado la apertura de ofertas de
empleos sin discriminación de género, ni edad, lo que ha sido una
conquista de las feministas, quienes han luchado para que la legislación
proteja la igualdad de oportunidades para las mujeres”.
CONTRASTES
Ganar espacios en el campo académico no ha sido nada fácil para la
mujer hondureña. Para el caso, fue hasta en 1974 que se graduó en la
UNAH la primera doctora, Martha Raudales de Midence, quien tuvo que
abrirse camino en una profesión que en ese entonces era “para hombres”.
La edad o el estado civil de la mujer ya no son excusas para no matricularse en la universidad o no graduarse.
Iguales desafíos tuvo que enfrentar Alba Alonso de Quesada, la
primera licenciada en Ciencias Jurídicas graduada en la Facultad de
Derecho en la UNAH, quien no podía ejercer la profesión de abogada y
notaria porque no era ciudadana.
Ese obstáculo la llevó a sumarse a la lucha de las hondureñas por el
reconocimiento de sus derechos civiles y políticos, que les fueron
reconocidos en 1955.
Ambos casos son documentados en el estudio de la UTH para mostrar
precisamente cuánto ha avanzado la mujer a nivel académico y cuántas
dificultades ha tenido que afrontar.
EL CASO DE LA UTH
Entre el año 2013 y el 2014, la UTH registró una matrícula de 2,027
estudiantes mujeres, de las que el 44.84 por ciento trabajan y estudian,
mientras que un 14.85 son casadas y un 1.33 son divorciadas, separadas o
viudas.
Estas cifras dejan en evidencia que el tener una familia ya no es un
inconveniente para las jóvenes hondureñas, como ocurría en el pasado,
cuando las madres y esposas dedicaban sus vidas al cuidado del esposo y
de sus hijos, renunciando a sus aspiraciones profesionales.
Según un estudio de la UTH, el 88.23 por ciento de estudiantes
mujeres se matriculan en seis carreras universitarias, entre estas
Derecho (35.03%), Mercadotecnia (18.30%), Gerencia de Negocios (17.32%) y
Turismo (10.41%). Le siguen Ingeniería en Producción Industrial (3.70%)
e Ingeniería en Computación (3.50%).
LOS DESAFÍOS PENDIENTES
El análisis de la UTH respecto a los avances académicos de la mujer
hondureña advierte que aún quedan pendientes algunos desafíos en materia
laboral. “En el ámbito laboral, especialmente en las maquilas, las
empacadoras de mariscos y en las instituciones bancarias, previo a la
contratación de las mujeres en edad reproductiva les solicitan que se
practique pruebas de embarazo…”.
También advierte que la ley de contratación temporal afecta
mayormente a las mujeres, en especial a las que se encuentran en edad
reproductiva, porque no tienen derecho al seguro social, y por
consiguiente, no reciben salario durante el descanso pre y postnatal…”.
Fuente: Diario La Tribuna
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