lunes, 15 de junio de 2015

Descubren que en todos los idiomas hay más palabras alegres que tristes

Según científicos de la Universidad de Vermont, existe una tendencia universal a utilizar expresiones positivas sobre las negativas. Aplicando un enfoque Big Data –computando millones de palabras de muchos idiomas diferentes–, el equipo, dirigido por el matemático Peter Dodds, se propuso demostrar la llamada Hipótesis Pollyana, formulada por dos psicólogos en 1969 y según la cual en los seres humanos predomina la inclinación a hablar de las cosas buenas de la vida.

Tras analizar títulos de películas en árabe, tuits de Corea, novelas negras rusas, páginas web en chino, letras de canciones en inglés y hasta titulares de periódicos, los investigadores encontraron que en todos los lenguajes dominaba el sesgo hacia el uso de palabras felices.

A pesar del chaparrón de insultos en las redes sociales, las películas de terror y las abundantes noticias sobre desastres, el estudio de los "átomos del idioma, las palabras sueltas" llevó a la conclusión de que el lenguaje en sí tiene una perspectiva positiva.

Los científicos del Laboratorio de Computación de la Universidad de Vermont, con el apoyo de la Fundación Nacional de Ciencia y la Corporación MITRE, identificaron las diez mil palabras más utilizadas en cada uno de los diez idiomas analizados: inglés, español, francés, alemán, portugués de Brasil, coreano, chino simplificado, ruso, indonesio y árabe.

A continuación, pidieron a hablantes nativos de cada lengua que evaluaran todas estas palabras de uso frecuente en una escala de 1 a 9, con signos que abarcaban desde una cara con el ceño fruncido a una amplia sonrisa. Con esos datos, reunieron cinco millones de puntuaciones individuales de palabras. En inglés, por ejemplo, “risa" promedió 8,5 puntos; "comida" 7,44; "camión", 5,48 ", "avaricia", 3,06 y "terrorista", 1.3.

El rastreo de Google de webs en español produjo la mayor puntuación media de palabras positivas, mientras que el de libros chinos tuvo la más baja, pero en todos los casos las fuentes de las palabras que analizaron de forma sesgada se situaban por encima del aprobado –un cinco en la escala de uno a nueve– fuera cual fuera el idioma. Siempre se daba "un sesgo de positividad". En resumen, fijándose en las palabras que la gente usa más a menudo en la vida cotidiana, los seres humanos usamos más términos alegres que tristes.

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