¿Qué relación tienen nuestro idioma y nuestra
personalidad?
¿Podría nuestro lenguaje influenciar la manera en la que
percibimos la realidad?
De alguna manera solemos creer que
nuestra personalidad es algo fijado, que forma parte de nosotros
independientemente de muchos factores que no tenemos en cuenta. Sin embargo,
circunstancias cómo el idioma que
hablamos afectan la construcción de nuestra personalidad y la manera cómo funciona nuestro cerebro.
Entre otras cosas, sabemos que el
lenguaje afecta nuestra percepción de los colores. La tribu Himba, del norte de
Namibia, usa la palabra "serandu" para categorizar los colores que en
castellano incluyen el rojo, el naranja y el rosa. Del mismo modo, usan
"zoozu" para una serie de colores oscuros que normalmente
diferenciamos como azul oscuro, verde oscuro, café oscuro, púrpura oscuro, rojo
oscuro y negro. En un estudio, se encontró que, mientras que tenían mucha
dificultad para diferenciar ciertos tonos de azul que los angloparlantes
diferenciaban con facilidad, por otra parte distinguían rápidamente tonos
de verde que en el mundo occidental vemos como idénticos.
El género gramatical en un
idioma puede, también, tener efectos cognitivos. En 2002, un grupo
de investigadores creó una lista de 24 objetos que tienen géneros opuestos en
español y en alemán. En cada lista, la mitad de los objetos eran masculinos y
la otra mitad eran femeninos. El estudio fue llevado a cabo totalmente en
inglés, con un grupo de hablantes nativos de español y de alemán, todos los
cuales hablaban inglés. Se les pidió que generaran tres adjetivos para cada
palabra de la lista, y se encontró que el género influenciaba los juicios de
los participantes. Por ejemplo, la palabra "puente", que
es femenina en alemán y masculina en español, fue descrita por los hablantes
de alemán con adjetivos como "hermoso", "elegante" y
"frágil", mientras que los hispanohablantes eligieron adjetivos como
"fuerte", "grande", "peligroso" y
"resistente". Al mismo tiempo, con la palabra
"llave", que es masculina en alemán y femenina en español, los
primeros utilizaron palabras como "duro", "pesado" y
"útil", mientras que los segundos presentaron adjetivos como
"pequeño", "intrincado" y "encantador".
Un proverbio checo reza:
"aprende un nuevo idioma y obtén una nueva alma".
En efecto, algunos estudios indican que si hablas más de un idioma,
probablemente presentas cambios en actitud y comportamiento dependiendo del
idioma que emplees en un momento dado. Alguien que es usualmente tímido y
reservado en su idioma nativo puede mostrarse más asertivo y extrovertido en un
segundo idioma, o viceversa.
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